BATALLÓN CONTRASUBVERSIVO N° 28 RIOJA SAN MARTÍN EN LA "YE" 9 DE FEBRERO ALTO CENEPA 1995

Durante la Campaña Militar del Alto Cenepa 1995, contra las Tropas invasoras de Ecuador, el día jueves 9 de febrero de 1995 en horas de la tarde, el grueso del Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja, San Martín, llegó al lugar conocido como la "Y" dentro del ámbito territorial jurisdiccional de la provincia de Condorcanqui, Amazonas.

Durante el inicio de la Operaciones Militares, de este lugar las Tropas ecuatorianas fueron expulsadas, inclusive habían comentarios que en las inmediaciones había la tumba de tres soldados del enemigo, pero como siempre la clase política de Ecuador y sus Fuerzas Armadas había creado la doble toponimia, es decir crearon dos lugares con el mismo nombre; uno, original estaba en el lado ecuatoriano y el otro falso en el lado peruano, con estos argumentos cuando eran desalojados del territorio peruano ellos hacían creer a sus connacionales y a la prensa internacional manifestando que sus posiciones se encontraban intactas, todo fue falacia del gobernante ecuatoriano.

Recuerdo que el atardecer era gris y estaba triste, los árboles que nos rodeaban tal vez nos observaban desde la sombra con cierto odio porque habíamos puesto nuestros pies violando sus secretos. La oscuridad se aproximaba acompañado con la dureza de la naturaleza, y la "Ye" se convirtió en testigo silencioso de sentimientos encontrados de cientos de soldados sin rancho y mal equipados; bajo el cielo del Cenepa de oscuros nubarrones y lluvia, aquella noche pernoctamos en este lugar muy húmedo, nuestro uniforme se encontraba húmedo y cubierto de barro; dos noches permanecimos en este lugar bajo condiciones climáticas y meteorológicas tan adversas, pasamos las horas pensando en los invasores que se encontraban dentro del territorio peruano. Para pasar la noche arrancamos las hojas de los arboles y lo tendimos en el suelo casi pantanoso, estas hojarascas, el poncho de jebe y el plástico que nos regalaron los habitantes del Centro Poblado Mayor de Imazita en Mesones Muro nos protegió del tormentoso suelo húmedo y la llovizna. 

En este tipo de zonas de Selva alta comprendido entre los 1800 a 2000 m.a.s.n.m, cuando el cielo se cubre de oscuros nubarrones, en el interior de la densa vegetación la iluminación disminuye por completo, sobre todo en horas de la tarde el crepúsculo se inicia muy temprano. Las condiciones meteorológicas tan adversas, en este tipo de terrenos normalmente afecta al soldado costeño y serrano.

El día 10 de febrero, día parcialmente nublado; continuamos en el mismo lugar, bajo la sombra de inmensos árboles, la gran mayoría con el uniforme húmedo y soportando la humedad y mal olor del medio ambiente, aquella maña algunos saciaron el hambre con los caramelos que aún les quedaba del día anterior. Siendo las 11:15 horas, apareció un grupo de soldados del Batallón de Comandos “Comandante Espinar” Nº 19 de Las Palmas, con sede en la ciudad de Lima, cargaban en una camilla improvisada el cadáver de un soldado, pasaron con destino al Puesto de Vigilancia Nº 1; ahí se veía con total claridad toda la pobreza de un ejército, no había camillas y los soldados que cargaban el difunto se encontraban harapientos y sin zapatos; en estos tiempos, en pleno siglo XXI lamentablemente el personal de Ejército del Perú aún continuaba así como si estuviéramos en la Guerra con Chile de 1879, todos harapientos, a quien no le molestaría ver tremenda injusticia con los soldados de la patria, que en su totalidad participaron los jóvenes de la extrema pobreza, uno tiene que ser pobre para vestir el uniforme y para poner el pecho por el Perú. 

Desde las 11:30 horas hasta las 13:00 horas, la Fuerza Aérea de Ecuador atacó la zona de la “Y”, hasta ese momento Perú no contaba con ningún tipo de defensa antiaérea en dicho sector, en estas situaciones que se puede hacer, absolutamente nada, por el miedo a las bombas, la gran mayoría del personal se encomendaba a Dios todo poderoso y se arrinconaban al pie de los árboles gruesos que siempre abundan en estos lugares, sinceramente muchos sentimos desesperación al escuchar las explosiones de bombas en las inmediaciones, pero cuando pasaba todo el susto, como siempre alguien se presentaba con la "chispa" de siempre; entre bromas y anécdotas pasábamos las horas, en este tipo de jolgorio y habladurías el punto siempre fue el capitán de infantería Fernández Dávila Valdivia Luís, con el seudónimo de capitán "Oscar", él fue el centro de todas las burlas y murmuraciones, algunos por ahí decían: “¿y el capitán Oscar de repente ya se habrá escapado, que cobarde no?, los Técnicos y Suboficiales eran los que murmuraban y bromeaban en todo momento, los Oficiales tal vez por lealtad a este oficial se hacían los desentendidos, uno de los sargentos reenganchados, dijo: “el capitán “Oscar está por allá, soterrado, rodeado de hombres de seguridad, no ha salido del hueco para nada”. Era cierto lo que decía el sargento reenganchado, este capitán en todo momento siempre permaneció escondido en los huecos tapados con troncos, rodeado de hombres de seguridad, nunca se juntó con los demás integrantes del Batallón, en fin, era oficial solo para cobrar un sueldo nada más, al final abandonó a sus tropas y se desertó desde la cota 1274 conocido también como "Helipuerto Tormenta".

El día sábado 11 Febrero de 1995, siendo las 10:30 horas, una mañana ligeramente soleado y cielo despejado, abandonamos el sector conocido como la “Y”, las tres Companías de fusileros lentamente procedieron a subir con destino a la cota 1274 conocido como el “Helipuerto Tormenta”, el camino empinado de pequeñas curvas, lleno de lodo, huecos, entradas y salidas entre inmensas rocas hace que el desplazamiento sea sumamente lento, después de caminar 300 o 400 metros en plena subida se hacía un alto para el conteo del personal, de adelante hacía atrás, en esas circunstancias de conteo se dieron cuenta que el capitán de infantería Fernández Dávila Valdivia Luís, capitán “Oscar” el Jefe de la Companía “C” no se encontraba a la cabeza de su personal, quién más al contrario subía prácticamente cerrando la columna, como último hombre, este oficial del arma de infantería ya se había acobardado, se encontraba totalmente desmoralizado y con intenciones de escaparse de la zona de guerra, pero logró su cometido, llegando al Helipuerto Tormenta cota 1274 el día 14 de febrero en horas de la tarde se escapó, lamentablemente él también está considerado como Combatiente del Alto Cenepa. 

En una operación militar del Frente Externo el desplazamiento en la selva es muy difícil pero no imposible para un combatiente peruano, se corre muchos riesgos de tipo natural y por efectos humanos; ergo, el peligro es constante en todo lugar y circunstancia, la densa vegetación que normalmente permanece cubierto de neblina, inmensos árboles, la estreches del camino en las trochas, pasaje de los ríos, troncos y árboles caídos, pantanos, enormes piedras, el mosquito conocido como la manta blanca y la lluvia constante son los mayores obstáculos de tipo natural y los obstáculos humanos son las emboscadas, los bombardeos de aviones y de los lanzadores múltiples. Durante los altos en las trochas y horas de descanso en las noches, los mosquitos principalmente la "manta blanca", y las o y hormigas, sobre todo ataca al soldado serrano y costeño, afectando su moral y capacidad combativa.