El día domingo 12 de febrero, en la cota 1232 del Valle de Cenepa, en el combate contra las tropas invasoras de Ecuador participamos 360 hombres
de este batallón, los mismos que finalizado los enfrentamientos se dispersaron, la gran mayoría había retornado desde la cota 1232 ubicado en el Valle del Cenepa con destino a la cota 1274 "Helipuerto Tormenta", como resultado del primer combate hubo seis soldados heridos por efectos de esquirlas de granadas de morteros de 60 mm.
El día lunes 13 en la cota 1232 reunimos a 86 hombres dispersos de diferentes patrullas y casi al medio día nuevamente nos enfrentamos contra las tropas invasoras de Ecuador, como consecuencia de este combate hubo un muerto y 27 heridos por efectos de esquirlas de granadas de morteros de 60 mm. Por errores del personal de oficiales que comandaron las operaciones no se pudo romper a la férrea resistencia ecuatoriana, en estos combates perdimos al sargento 2do Inocente Vásquez y además nos causaron 27 heridos. Yo, participé en los dos combates. El día lunes 13 de febrero, rodeado por el enemigo resistimos aproximadamente una hora y media, pero las esquirlas de granadas de morteros de 60 mm del enemigo nos afectó a quienes permanecimos cerca al acantilado en las inmediaciones de un riachuelo, la onda expansiva me hizo rodar por el acantilado donde me fracturé el IV metacarpiano de la mano izquierda y las esquirlas me causaron diversas heridas en el omoplato del lado izquierdo. Finalizado el combate, el mismo día en horas de la tarde salí desde las profundidades del valle al mando de 27 heridos de tropa con destino a la cota 1274 “Helipuerto Tormenta”, que en aquellos tiempos los ecuatorianos lo habían bautizado con el nombre de Base Norte, que desde los primeros días del mes de febrero se encontraba en poder de las fuerzas peruanas.
El día lunes 13 en la cota 1232 reunimos a 86 hombres dispersos de diferentes patrullas y casi al medio día nuevamente nos enfrentamos contra las tropas invasoras de Ecuador, como consecuencia de este combate hubo un muerto y 27 heridos por efectos de esquirlas de granadas de morteros de 60 mm. Por errores del personal de oficiales que comandaron las operaciones no se pudo romper a la férrea resistencia ecuatoriana, en estos combates perdimos al sargento 2do Inocente Vásquez y además nos causaron 27 heridos. Yo, participé en los dos combates. El día lunes 13 de febrero, rodeado por el enemigo resistimos aproximadamente una hora y media, pero las esquirlas de granadas de morteros de 60 mm del enemigo nos afectó a quienes permanecimos cerca al acantilado en las inmediaciones de un riachuelo, la onda expansiva me hizo rodar por el acantilado donde me fracturé el IV metacarpiano de la mano izquierda y las esquirlas me causaron diversas heridas en el omoplato del lado izquierdo. Finalizado el combate, el mismo día en horas de la tarde salí desde las profundidades del valle al mando de 27 heridos de tropa con destino a la cota 1274 “Helipuerto Tormenta”, que en aquellos tiempos los ecuatorianos lo habían bautizado con el nombre de Base Norte, que desde los primeros días del mes de febrero se encontraba en poder de las fuerzas peruanas.
Siendo
las 14:45 horas retorné a la cota 1274 "Helipuerto Tormenta" donde encontré en su Puesto de Comando al señor teniente coronel de infantería Julio Celestino Chaparro Beraum, a quien le increpé duramente delante del personal de
tropa y del suboficial de 2da enfermero militar Ander Cornelio Osorio, conocido
en aquellos tiempos con el seudónimo “Eder”, mirándole fijamente le dije al
comandante: "Mira pues todo esto, Oficiales que estudian en la Escuela Superior
de Guerra, Escuela de Inteligencia, Escuela de Infantería y tantas escuelas
más, no sirve para nada, los monos nos
han sacado la mierda por culpa de un capitán, mira a estos heridos, atrás aún
hay más heridos y muertos, los oficiales que deben dirigir las operaciones
están como no habidos y usted está tranquilo aquí". Ante mis reclamos y
llamadas de atención el Comandante se quedó totalmente mudo, parado sin
reacción alguna y con la mirada perdida, mientras los heridos continuaban
llegando con el cuerpo que les sangraba por todo lado. Después de un largo
silencio el Comandante ordenó al suboficial de 2da enfermero militar “Eder” para que me preste los primeros auxilios, quien procedió a limpiar la sangre y sacar algunas esquirlas de mi omóplato, luego el comandante me dijo: “Suboficial Diego que todo esto que quede entre
nosotros, no hables más y no le cuentes a nadie de todo lo ocurrido, para
ti las operaciones se han terminado, deja el fusil, las municiones, las fornituras y bajaras al UQM que está en la “Y”; en ese momento me sentía muy triste y además muy amargo, herido, dejando a mi tropa me estaba retirando, casi entré en llanto y me retiré solo con destino a la UQM.
Por todos los hechos negativos en los combates del 12 y 13 de febrero en la cota 1232, Valle del Alto Cenepa, me encontraba totalmente amargo; a la mayoría del personal de oficiales le faltaba liderazgo para conducir de manera acertada a las companías y patrullas bajo sus mandos, el capitán jefe de mi companía se escapó antes de entrar en combate, otros se mostraban muy negligentes en los desplazamientos, y otros se mostraban muy confiados, como consecuencia los resultados en los enfrentamientos no fueron favorables a nuestras fuerzas; si los ecuatorianos no nos aniquilaron por completo también fue porque les faltó decisión y valor. El día lunes 13 murió el sargento 2do Inocente Vásquez, el suboficial Juan Torres había recibido un balazo en el pie derecho y además nos causaron 27 heridos, todos afectados por esquirlas de granadas de morteros. Por estos hechos retorné con la ira incontenible al Puesto de Comando y choqué con el comandante del batallón.
Durante
el repliegue desde la zona de combate hacia el Puesto de Comando ubicado en la cota 1274 (Helipuerto Tormenta), viendo la herida y la sangre que había manchado parte de mi uniforme, un soldado de
manera voluntaria me dijo: "Mi suboficial le ayudo para llevar su
mochila", a lo que accedí y se lo dejé, dicha mochila contenía algunas
prendas, municiones, caramelos, galletas y partes de equipos que recogí de la
tropa de Ecuador. Este soldado a propósito se habría escondió en la trocha
y nunca apareció, lo esperé durante quince minutos en el PC; no apareció, se quedó con mis cosas. En
esos momentos también decidí quedarme en la cota 1274 para recuperarme y así
reingresar nuevamente a la zona de combate, pero luego reaccioné, pues escuché
comentarios que una simple herida si no se curaba a tiempo se infectaba,
poniéndose de color morado y luego se llenaba de gusanos por dentro, originando
fiebre alta, como consecuencia la muerte, es por eso que decidí bajar a la
Unidad Quirúrgica Médica (UQM) de manera inmediata.
El
Comandante Chaparo le ordenó al Técnico de segunda chófer militar Segundo Joel Escobal
Ordoñes, conocido con el seudónimo “Lester” para que saque del lugar a todos los heridos con destino a la UQM ubicado en la "Y", en esos momentos la artillería ecuatoriana con sus lanzadores múltiples de 40 bocas BM-21 comenzó a disparar desde los puestos de vigilancia de Coangos y Cóndor Mirador, como ya conocía la ruta preferí bajar de
inmediato, me adelanté solo, dejando a “Lester” con todos los heridos de Tropa, llegué solo a la Unidad Quirúrgica Medica “UQM” ubicada a orillas del río en la
“Y”, en dicho lugar encontré al personal de médicos, profesionales que
trabajaban con el barro que les cubría las pantorrillas, se desplazaban de un
lado a otro en un lugar muy húmedo y pantanoso, mis respetos para ellos; ahí estaba el doctor médico militar Luis Gutiérrez Vera, quien había improvisado un puesto de atención médica con material del lugar; cuando llegué
me preguntaron y les conté de todo lo ocurrido, procedieron a retirarme el
polo, en seguida me ordenaron agacharme luego introducen en mi omóplato una
pinza, extrajeron dos pedazos de metal, uno grande y el otro mediano, mientras el
enfermero ya tenía lista la jeringa y me colocaron un líquido en lo más
profundo de la herida causándome intenso dolor que me hizo gritar.
La
mano derecha se me hinchó pero no sentía mucho dolor, mi mano izquierda presentaba una pequeña herida en el dorso y permanecía ligeramente hinchada con algo de dolor, sin embargo los médicos no le dieron la debida importancia,
me pusieron una venda colgada por el cuello para no mover la mano y el omóplato. En esas condiciones siendo las 15:30 horas, me retiré de la
zona de la “Y” caminado con destino al Puesto de Vigilancia Nº 1, junto con el sargento “Jaguar” y el cabo “Tigrillo”, el mencionado sargento fue mi adjunto
durante los días de combate, ambos clases pertenecían a la patrulla bajo mi
comando, así mismo pertenecían a la Base Contrasubversiva del distrito de
Pelejo.
En el camino nos encontramos con el Técnico de tercera mecánico de armamento Walter Rojas Romero y dos elementos de Tropa SMO del Batallón de Comandos " Comandante Espinar" Nº 19, ellos también retornaban al Puesto de Vigilancia Nº 1.
En el camino nos encontramos con el Técnico de tercera mecánico de armamento Walter Rojas Romero y dos elementos de Tropa SMO del Batallón de Comandos " Comandante Espinar" Nº 19, ellos también retornaban al Puesto de Vigilancia Nº 1.
Quien es este ridiculo que escribe tonterias ? Por su manera de escribir , parece un loquito resentido. Perdida de tiempo.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarSoy Miguel Pineda, ¿resentido?, ¿escribir la verdad es ser resentido?; en el mes de febrero de 1995 participé en los combates en la cota 1232 Valle del Cenepa. Tonterías es tu subjetividad para juzgar sin argumentos.
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