El día sábado 11 de febrero de 1995, durante la Campaña Militar del Alto Cenepa 1995, en el Helipuerto Tormenta ( cota 1274), una tarde calurosa, el grueso del personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja, después de acondicionar el Puesto de Comando Avanzado, todos de manera individual comenzaron a buscar abrigos y cubiertas
para pasar la noche, luego algunos se agruparon, el tema de la conversación fue
relacionado al problema de siempre, es decir el rancho, mientras otros en las inmediaciones descansaban plácidamente.
En esas circunstancias la tranquilidad de la tarde se quebró, pues siendo las 17:20 horas aproximadamente, la tropa comenzó a gritar: “¡Avión! , ¡avión!, ¡avión!, ¡avión!”…a lo lejos se sentía el rugido de los motores, algunos rápidamente nos pusimos de pie logrando ver que se aproximaba un avión A-37, ante tal situación lo único que hicimos fue encomendarnos a Dios, luego, en silencio corrimos hacia las cubiertas y abrigos que en sí no nos protegía más que de los tiros de fusiles, nada más, pero no del fuego de la artillería como BM-21 de 40 bocas y mucho menos de los bombardeos de la aviación. Ya habíamos visto los efectos que deja una bomba de 300 kilos lanzado desde un avión, es por eso que muchos mostramos desesperación y pánico.
La nave del enemigo ecuatoriano al llegar sobre nuestra ubicación ligeramente acorta la velocidad y lanzó dos bombas que se fueron al otro lado del cerro (lado oeste), las mismos que explotaron sucesivamente, después del lanzamiento, el piloto sintiéndose exitoso procedió a retirarse con total tranquilidad, en ese momento en cuestión de segundos uno de los tiradores de lanza cohetes Strella, le soltó el misil, el cohete salió directo a la nave, casi logró impactarlo, entre mi dije: ¨Ya se jodió carajo, ya le pescó, ya le pescó¨, pero no, el piloto al darse cuenta, hizo una hábil maniobra haciendo zigzaguear a su nave repetidas veces, así logró esquivar el misil; cuando la ave levantó el vuelo ligeramente, el misil se desvaneció y se fue de picada al fondo de la quebrada, donde explotó. Pienso que por el susto del momento, el piloto ecuatoriano guió su nave en acción desesperada hacía la quebrada, luego reaccionó para levantar el vuelo, desapareciendo raudamente por el sector de Coangos. En esta oportunidad el avión de combate ecuatoriano se salvó por gracia de Dios, pero a partir de ese momento los pilotos enemigos se dieron cuenta que nuestra defensa antiaérea estaba allí, para proteger el avance de nuestra gloriosa infantería entre la espesura de la selva.
A las 18:20 horas aproximadamente apareció otro avión por la misma ruta y en la misma dirección, pero esta vez un poco más alto y a más velocidad, tal vez a dos mil metros de altura, con cierto miedo soltó sus bombas, las mismas que cayeron lejos de nuestra ubicación, solo sentimos las explosiones, en seguida desapareció a gran velocidad por el sector Coangos; en esta oportunidad también nuestros tiradores lo esperaron listos, pero la nave no entró a la zona de captura del misil, por lo que pienso que por razones técnicas no se efectuó el disparo.
Versión
del Tco2 FAP Nicanor Loayza Pocohuanca (Libro Tiwinza con Z).- “Ese día 11 de febrero entre las 5:30 y 18:30
horas, sobrevolaron 2 aviones A-37 en la dirección de Coangos a la “Y”
para bombardear la zona¨- dice Loayza-; ¨en dos oportunidades logré conectar la
fuente de alimentación y capturar el objetivo, pero los árboles impidieron el
lanzamiento, el campo visual es muy corto, se necesita un ángulo de 30º y 60º
de elevación, de lo contrario el cohete se va a tierra como había sucedido.
En ese momento que yo no pude lanzar el misil, el Tco Mendoza disparó, pero el
cohete chocó en la copa de los árboles y fue a caer a la colina donde están los
monos. El Tco Sanginez había esperado con el gatillo apretado (todo debe hacerse
en 4 segundos) porque el campo visual es muy corto, hizo la captura y salió el
misil. El avión se dio cuenta del misil y se tiró en picada casi a
90º, el misil se fue detrás del avión, pero nosotros ya no vimos nada de lo que
sucedió; más tarde nos enteramos de que había impactado averiando el avión,
dice que así logró aterrizar en territorio ecuatoriano, otros afirman que cayó
en la cordillera, el asunto es que se inutilizó un avión de los monos, aunque
ellos lo niegan como siempre. Al lanzar los misiles los monos
detectaron nuestra posición, así que nos cayó una lluvia de granadas de
morteros y artillería, pero gracias a Dios que el efecto es mínimo en la selva
por los árboles que protegen. Cuando nosotros llegamos a
esa zona, aparte del personal de defensa aérea nos encontramos con el personal
del ejército, Tte Crl Chaparro, jefe del BCS Nº 28 de Rioja, el Tte Crl Lindo,
jefe del BCS Nº 314 de Huánuco y el Crl Camacho que tomó el mando.
Todo ese personal se encontraba en la parte alta de la colina; en el día
bajaban enfrentarse con el enemigo en las faldas del cerro, duraba una
media hora, o una hora, las balas pasaban sobre nosotros. La colina del frente
prácticamente era resguardada por los monos, escuchábamos el sonido de los
motores de los Helicópteros, veíamos a lo lejos a una distancia de tres kms. o
cuatro kms; como se metían entre los corredores y detrás de la colina descendían,
se supone dejando fuerzas; unos cinco Helicópteros venían en cada pasada,
dejaban a sus tropas y subían a los heridos en el combate y a los muertos.
El día 12 a las cinco y media de la mañana nos desplazamos a nuestros
posiciones en espera, listo para lanzar los misiles; a las once y media del día
los soldados gritaron, ¡avión!...!avión!......!Strella!....!Strella!...!por
allá! ……, avisando de la presencia de los aviones, nosotros nos pusimos en
alerta, venían a gran altura, no los veíamos, de pronto bajan en picada hacía
nosotros para bombardearnos, no sabíamos que iban a lanzar, a veces nos
ametrallaban o roqueteaban, no sabíamos lo que iba a pasar en ese momento,
estaban lejos casi a 70 grados disparando, soltaron sus bombas en esa posición
de 70 grados y se abrieron para ambos lados hacia arriba, no bajaron porque el
día anterior, el 11, trataron de esquivar un misil pero ahora no,
lanzaban sus bombas y volaban hacia arriba, más o menos a 2,500 mts de altura,
no se podía capturar, me decían ¡lanza!, ¡lanza!, ¡Lanza!........pero estaban
fuera de alcance, era desperdiciar el misil y además estaba a más de 70 grados
y los soldados estaban en toda la colina, si lanzaba, el misil se iba a tierra
y podría hacer daño, entonces no llegué a lanzar, me quedé esperando.
A la una de la tarde otra vez se escuchó el ruido de los motores más fuerte,
venían más aviones, bajaban por el mismo sitio, eran cuatro (4) aviones A-37,
uno venía en vuelo horizontal, eran los mismos del día anterior, el primer
avión daba vueltas acrobáticas y nos enfrentaba, pero estaba a una altura más o
menos de dos mil metros; como veíamos cuatro (4) aviones la gente se
desesperaba, antes solamente eran dos aviones, ahora cuatro (4), con dos no
había tanta tensión, con cuatro (4) aviones la tensión es mayor, no sabían a
donde correr, yo me tropezaba, claro estaba apuntando, pero también pensando
que de repente me ametrallan, entonces busqué a un soldado para que esté
cerca mí y le dije yo voy a concentrarme en el avión y tu mira la bomba
donde cae y me jalas al hueco, uno tiene que concentrarse en el avión, de lo
contrario sería en vano, pero me di cuenta cuando ya había lanzado la bomba
pasaba como en la vez anterior, ya estaba más cerca el avión, no estaba a la
altura del tiro, en ese momento veo que la bomba se aproxima más y más hacía
nosotros, lo que quedaba era meterse en la trinchera que estaba cerca. En
fracción de segundos explotó la bomba, todos nos habíamos tirado a la
trinchera, salí a mirar al segundo avión que pasaba, éste bombardeaba más
adelante a unos 500 metros, o un kilómetro, el primer avión nos bombardeaba,
cuando vi la bomba, miré donde correr, cerca de una roca estaban los soldados,
yo fui hacía ellos, la bomba cayó más o menos a 30 o 40 mts. Cuando salí en
esos momentos y ya los aviones se estaban escapando, agarré mi Strella para
conectar, pero en ese momento lanzaron un misil sobre mi cabeza chamuscándome
el pelo, el Tco Abal había tenido captura, yo estaba más abajo, él casi en la
punta, no distinguía muy bien porque los árboles me tapaban, él como estaba más
arriba había tenido captura y lanzó el misil, yo sentí que pasaba algo caliente
sobre mi cabeza cuando salió el misil, él no lo ha visto porque estaba sin
lentes. Yo vi que el misil se acercaba
al avión, luego los árboles yo no dejaron ver porque el avión giró a 45º a la
izquierda y se lanzó en picada, pero ya era demasiado tarde para el piloto, el
misil hizo lo mismo y ya no soltó su presa, después escuchamos un impacto
seguido de una explosión, después de tres o cuatro minutos otra explosión, pero
ya más fuerte, por fin vimos el humo que salía hacía arriba, en ese momento
todos del ejército que estaban ahí, comenzaron a gritar ¡bravo!,
¡Bravo!......se escuchó el grito multitudinario en toda la colina, era señal
que habíamos derribado un A-37 ecuatoriano”. El único tirador que derribó un
avión ecuatoriano fuel el Técnico Jesús ABAL YÁBAR de la FAP.
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