AUDIO ALTO CENEPA 1995

jueves, 22 de febrero de 2018

DEFENSORES DE LA PATRIA ENGAÑADOS POR EL COMANDO DEL EJÉRCITO CAMPAÑA MILITAR CENEPA 95

El 9 de diciembre de 1999, el comando del Ejército peruano entrega a 1200 combatientes calificados como Defensores de la Patria, una medalla de oro valorizado en mil ($1000) dólares americanos y tres mil nuevos (S/.3000.00) nuevos soles, con este premio e incentivo económico solamente se beneficiaron personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa Servicio Militar de la guarnición de Lima. Mil setecientos sesenta (1760) combatientes calificados como Defensores de la Patria después del año 2001, no recibimos la medalla de oro ni el incentivo económico de Tres Mil Soles, quedamos ignorados y engañados; ante mis reclamos, la Comandancia General del Ejército y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, me dieron como respuesta, que ese tipo de premios y beneficios económicos se habían  entregado durante el gobierno de Fujimori, además me dijeron que mi reclamo era extemporáneo.

El 7 de junio del 2001, en las diferentes sedes de las Regiones Militares y órganos Operativos de la Institución, el Comando del Ejército otorgó la Condecoración "Medalla del Combatiente Mariscal Andres Avelino Cáceres Dorregaray" en el grado de Al Merito, al personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, que habían sido calificados por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas como Defensores de la Patria y Combatientes en la zona del Alto Cenepa. Esta distinción se realizó dentro del marco legal de la Resolución de la Comandancia General N° 260 DE/EP/CP/ del 28 de mayo del 2001, que había sido dispuesta por el General de Ejército José Cacho Vargas, Comandante General del Ejército, como un acto de justicia a los ex combatientes del Alto Cenepa que en los meses de enero y febrero de 1995 habían arriesgado su vida en defensa de los sagrados intereses de la patria. Esta presea se otorgó previa evaluación realizada por el Comando de Personal del Ejército (COPERE) a los efectivos que no recibieron anteriormente dicho reconocimiento al valor, entrega, sacrificio y compromiso con la patria. Asimismo, dicho reconocimiento se otorgó al personal de Tropa y Civil (licenciado), cuyos datos habían sido remitidos por sus respectivas Unidades. Recibiendo sus condecoraciones, como Defensores de la Patria y Combatientes, el sentir de los soldados de la patria, puso de manifiesto el compromiso de llevar la medalla de Cáceres con humildad, y con esfuerzo, seguir trabajando por una patria libre y un Estado justo con su personal civil y militar. Después de este reconocimiento que se llevó a cabo en el mes de junio 2001, nos dimos cuenta de la gran mentira, muchos valerosos soldados fueron ignorados, sobre todo la tropa licenciado de las zonas de la Selva y Sierra.     

Mi persona fue uno de los olvidados por el Comando del Ejército; ergo, después del 7 de junio del 2001 reinicie mis tramites para ser reconocido como Defensor de la Patria. En el mes de mayo de 1995 ya había presentado mi primera solicitud en el Batallón Contrasubversivo N° 28, Rioja, San Martín; por este pedido nunca recibí respuesta. En el Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado N° 32, Caraz, Huaylas, Ancash, desde el año 1997 continué con los tramites ante el Comando del Ejército, siempre por conducto regular. Desde el año 1997 hasta el año 2006, durante diez años consecutivos solicité audiencia en el Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado N° 32 del distrito de Caraz, me concedieron audiencia en la Inspectoría de la 32ª Brigada de Infantería en la ciudad de Trujillo; desde Caraz viajé hasta la ciudad de Lima para audiencia en la Inspectoría del Fuerte “Rafael Hoyos Rubio” del distrito de Rímac. En el año 2007 me concedieron audiencia en el Comando Administrativo del Cuartel General del Ejército en el distrito de San Borja; en todas las Unidades y Grandes Unidades de Combate las inspectorias denegaron mi petición, los asesores jurídicos de las Inspectorías siempre dictaminaban con el termino "IMPROCEDENTE". Relacionado a tantas audiencias, me queda como anécdota que el 20 de junio del año 2001 el señor Comandante de Ingeniería Deny Paz Torres, comandante del Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado N° 32 con sede en el distrito de Caraz, quien me dijo lo siguiente: "Audiencias pides por todo lado, recuerda que el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, antes de morir en el Morro de Arica, le escribió a su señora esposa diciendo que su deber no tenía precio y que nunca pidas nada por mis servicios y sin embargo tu pides que te reconozcan como Defensor de la Patria", con esos argumentos no quiso firmar ni elevar mi Hoja de Audiencia, pero yo continué reclamando respetando siempre el conducto regular, el resultado siempre fue negativo.

Ante la total indiferenciada de las Inspectorías del Ejército en todos sus niveles; ergo, desde el año de 2001 comencé a tocar las puertas de las instituciones civiles, acudí al Despacho Presidencial, Congreso de la República, Defensoría del Pueblo, Ministerio de Defensa. Principalmente por las gestiones de la Defensoría del Pueblo el Comando del Ejército me dio la razón, contestando de manera positiva mi petición en el mes de setiembre del año 2007, después de largos años de trámite, años en que soporté castigos de arresto simple y amenazas de todo tipo, recibí lo siguiente: Resolución del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 448 CCFFAA/D1-PERS, del 10 de setiembre del 2007, que en la parte Resolutiva decía lo siguiente: "SE RESUELVE: Artículo Único.- Reconocer al SO1 MCE EP Pineda Ramírez Grimaldo Miguel como Defensor de la Patria en condición de vivo, por su participación en la Zona de Combate del Alto Cenepa, de acuerdo a los fundamentos expuestos en la parte considerativa de la presente Resolución". En la resolución hubo muchos errores por lo que reclamé para su rectificación total. Como pedí rectificación de la resolución, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas me entregó la segunda Resolución N° 328 CCFFAA/DAANN, del 21 de setiembre del 2012. Como queda demostrado después de 17 años de largo tramite el Comando Conjunto de las fuerzas Armadas del Perú, me reconoció como Defensor de la Patria. Como consecuencia de estos tramites desde el año 2006 he sufrido hostigamiento laboral y sanciones de arresto simple, con cambios de colación dizque "por necesidad de servicio" a diferentes sitios dentro de la guarnición de Lima, el año 2013 me cambiaron de empleo a la Primera Brigada de Fuerzas Especiales en las Palmas, Chorrillos; donde continuo el hostigamiento y luego me cambiaron a la 4ta Brigada de Montaña de Puno, donde también sufrí el hostigamiento laboral, por esos abusos contra mi persona, pedí mi pase a la situación militar de retiro con fecha 15 de julio del año 2014.

El 13 de febrero de 1995, en la cota 1232 Valle del Cenepa, en los combates entre el personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja y el personal de la Brigada de Fuerzas Especiales N° 9 "Patria" de Ecuador, sufrí fractura en la mano izquierda, diversas heridas en el omoplato izquierdo, ocasionados por las esquirlas de granadas de morteros de 60 mm, varias explosiones se producen a diez metros del lugar donde me encontraba, por la corta distancia la intensidad de la explosiones me originó trauma acústico severo en mi oído derecho, por lo que solicité al Comando del Ejército para ser sometido a una evaluación de mi salud, de acuerdo al Artículo 22° y 24° del Decreto Supremo N° 009-DE-CCFA, Reglamento del Decreto Ley N° 19846, concordante con el reglamento RE 10-47 de aptitud psicosomática del personal del Ejército; al respecto el Comando de Salud del Ejército (COSALE) denegó todos mis solicitudes para obtener un peritaje medico legal de invalidez otorgado por el Hospital Militar Central (HMC) para reconocimiento de invalidez temporal y/o permanente, como queda demostrado de manera abusiva fueron denegados todos mis peticiones, como consecuencia no recibí ningún tipo de pago de indemnización de acuerdo a la Ley 26511 publicada el 23 de julio del 1995 y de acuerdo al Decreto Supremo N° 044 - DE/SG del 26 de junio de 1997. 

Está demostrado, las inspectorías del Ejército del Perú en todos sus niveles no soluciona los derechos del personal, pero si solucionan los problemas de peleas del callejón y los líos de faldas que nunca faltan, no tiene capacidad para combatir la corrupción y los robos dentro de la institución, donde los involucrados principalmente son los señores oficiales del Servicio de Intendencia en contubernio con los señores Generales.